CARTAGENA: UNA SOLA IDENTIDAD



Aunque por mucho tiempo, en razón de mi ejercicio profesional, he estado por fuera de mi ciudad y del país, esos largos años nunca han significado una ausencia absoluta, ni una desvinculación con el entorno social y tampoco con la cotidianidad de mi añorada Cartagena de Indias. 





Este vinculo, en ocasiones presencial y en otra virtual, a través de las redes sociales, me ha permitido conocer y estar actualizado tanto del acontecer político y económico, como de la dinámica social que caracteriza el día a día de Cartagena y de los cartageneros

Es precisamente, al aspecto social al que me referiré, especialmente a lo que concierne a las responsabilidades y obligaciones establecidas en el ordenamiento municipal y/o distrital y que constituyen por ley, un conjunto de competencias de estricta atención y ejecución en la  gestión de un alcalde y de las alcaldías en general.

En este sentido y a riesgo de que se me tilde de irreverente y en el mejor de los casos de crítico severo, resulta inconcebible que, después de 24 años transcurridos, desde el año 1988, cuando se eligió el primer alcalde por el voto popular, hasta la elección del actual alcalde, Lic. Campo Elías Terán Dix, la Cartagena extra murallas y un poco más allá de sus populares y tradicionales barrios, encontremos una ciudad ruralizada, carente de atención y sin los más elementales servicios públicos, tan indispensables y necesarios para una mejor calidad de vida de los ciudadanos, como son, ausencia de dispensarios de salud, de escuelas, calles asfaltadas (el Terminal de Transporte), ausencia de alcantarillado para el suministro de agua potable y de recolección de aguas negras, falta de redes de distribución de energía eléctrica y de alumbrado público y hasta carencia de un buen servicio de transporte público.  

Durante estos veinticuatro (24) largos años, doce (12) han sido los alcaldes y abundantes sus ofertas programáticas, pero muy pocos los logros observados. Parte de esas promesas incumplidas, encuentran su explicación en la ausencia de la aplicación de  políticas públicas, orientadas a la creación de empleo, por ejemplo, a través de la construcción y desarrollo de la infraestructura física de servicios  en lo atinente a educación, vivienda, salud, vialidad, así como a la falta de estímulo a otras actividades productivas, con lo cual se fortalecerían aquellos sectores más vulnerables y se consolidarían los núcleos familiares más deprimidos, lográndose con ello disminuir la inequidad y aumentar la inclusión social.     Mas aún, estas omisiones hacen de la gestión municipal, una acción propiciadora de mentalidad marginal en el ciudadano común, quien de tanto vivirlas, se vuelve conformista.

No menos preocupante para los cartageneros, resulta ser la “permisología complaciente” de algunas administraciones municipales, cuya consecuencia principal, ha sido la pérdida de los espacios públicos y la anarquía en la movilidad urbana (vial, peatonal, etc), pasando por la apropiación de terrenos o ejidos municipales no aptos para levantamientos habitacionales, como son los casos de las estribaciones del Cerro de la Popa (subida a la Popa), Barrio de San Francisco, Barrio Pablo VI, Laguna de la Virgen, El Pozón y otras zonas, con terrenos de alto nivel freático y que en época de invierno, se traducen en una calamidad pública de grandes proporciones.    

Sin que con estas ideas pretenda establecer un contraste social, no es menos cierto, que hacen parte de la visión excluyente que algunos gobernantes y en ocasiones, hasta el ciudadano común (propio y extraño), tienen de la Cartagena desconocida y marginal. Pero independientemente de las impresiones y conocimientos que los nacidos en estas tierras y turistas que nos visitan tengan de la ciudad, su acerbo cultural, sus monumentos coloniales, el centro histórico “Ciudad Amurallada” y la zona turística moderna de Boca Grande, Castillo Grande, el Laguito, sus hermosas playas y las Islas del Rosario, llámese Cartagena de Indias, Ciudad Heroica, Corralito de Piedra ...¡y por qué no!, la   “Cartagena Marginal” que acabo de describir, todas son una misma cosa y hacen parte de una sola identidad y así es como nos referencian en el mundo.

Aunque me asiste el beneficio de la duda, espero que en esta administración, al menos se priorice la erradicación del Mercado de Bazurto y que los Caños y Lagunas de Cartagena, se traduzcan en un Proyecto de Desarrollo Sostenible, por eso me sumo al “Plan de Desarrollo”...Hay Campo para Todos y Todas: 2012-2015.


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