“DIME DE QUÉ ALARDEAS...Y TE DIRÉ DE QUÉ CARECES”



Este adagio popular, pudiese servir como referencia  para idear un instrumento metodológico de medición o baremo de acceso público, que permita a los cartageneros, a través de los grupos de ciudadanos organizados y colectivizados, medir o evaluar con anticipación y con el menor margen de error, las aptitudes, habilidades, capacidades y vocación de servicio, que como mínimo, deben poseer los potenciales aspirantes y candidatos a desempeñar funciones públicas.

En este sentido, como ciudadanos del pueblo llano con derechos y deberes, nos deben preocupar las halagadoras propuestas de soluciones que, cada cuatro años,  nos presentan y ofrecen los  candidatos a cargos públicos, lo cual ha contrastado con la pobre, ineficiente y hasta casi nula gestión que a través de muchos períodos nos han dejado la mayoría de los alcaldes (electos y designados), secretarios de despachos y concejales de la corporación del Distrito Turístico de Cartagena, con sus contadas excepciones.

El aludido baremo, como herramienta de opinión, participación ciudadana y de medición, debe contemplar los rasgos más relevantes de los indicadores económicos y sociales, en lo relativo a: empleo, salud, educación, vivienda, desarrollo e implementación de políticas públicas y otros aspectos relacionados con los servicios públicos, así como con unos rangos expresados numéricamente (puntos), cuyo resultado final después de su aplicación, nos daría un valor ponderado de cada uno de los factores sujetos a medición (indicadores), con lo cual pudiéramos perfilar, desde el punto de vista cualicuantitativo, los conocimientos, habilidades y actitudes de los futuros funcionarios, así como aproximarnos al porcentaje de efectividad y posibles logros de gestión. Esto se complementaría, con una “hoja de ruta” que esquematice, las obras prioritarias para su ejecución y culminación, en un tiempo determinado e indicar los posibles funcionarios de despachos, que por sus capacidades acompañarían al alcalde en una hipotética gestión.

Pero la metodología propuesta, no solo debe  prever el desarrollo y los posibles logros del candidato a alcalde. También debe traducirse a futuro, en un documento de pre-acuerdos y compromisos de ejecutorias, pero primordialmente, en una estrategia política de conciliación y participación entre el alcalde, los concejales y las organizaciones de la sociedad civil como gremios, organizaciones sociales, sectores políticos, sector académico, colectivos y los ciudadanos independientes. Esto, con el  fin de eliminar en lo posible, los desencuentros y desacuerdos innecesarios, así como las entorpecedoras trabas (excesivos controles) en la aprobación de planes y proyectos de interés social y de desarrollo de la infraestructura del distrito, con lo cual se viabilizaría el cumplimiento y ejecución de las ofertas propuestas, en beneficio de las comunidades en general y particularmente de los grupos más desasistidos y necesitados.  

Este mecanismo, sería de gran utilidad para identificar y jerarquizar las necesidades particulares de cada localidad (comuna) de la ciudad, así como para cuantificar el tiempo y los costos de su ejecución en las distintas fases (inicio, avance y finalización), convirtiéndose además, en un eficiente control de gestión, en todas sus modalidades.

Finalmente, es inadmisible en pleno Siglo XXI, con los avances tecnológicos y herramientas de última generación, que Cartagena de Indias, como Distrito Turístico de gran importancia en el ámbito nacional y mundial, administrativamente continúe siendo la cenicienta de la costa Caribe y que las autoridades de turno, solo se preocupen de “alardear como ejecutivos eficientes”, cuando sus “carencias gerenciales” les impiden solventar los grandes y graves problemas que día a día se multiplican  y  vienen afectando la calidad de vida de los cartageneros, entre ellos, la falta de trabajo, problemas de espacio público y movilidad, crecimiento de la economía informal, deficiente servicio de transporte, aumento de la delincuencia, invasiones, infraestructura vial en mal estado, déficit en vivienda, servicios públicos así como el aplazamiento de decisiones trascendentales como el traslado del Mercado de Bazurto y saneamiento ambiental de los cuerpos de agua.  Una excelente o al menos buena gestión de gobierno, solo se mide por la calidad y trascendencia de las obras ejecutadas y no por acciones espasmódicas o pañitos de agua tibia... ¡Los problemas de Cartagena son de naturaleza estructural y así deben abordarse!  
  
Prof. Orlando R. Pereira Bustillo
Orlandopereira27@hotmail.com
Twitter: @OrlandoPereiraB

Comentarios