¡JUGUÉMOSLE LIMPIO...A LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE!


Desde los primeros días del mes de abril, hasta finales del mes de mayo, el Núcleo de Bolívar de “La Casa Más Alta”, estuvo bajo el “dominio férreo” de un grupo de estudiantes, quienes con el pretexto de la existencia de unas denuncias relacionadas con la supuesta venta de notas, paralizaron tanto las actividades académico-docentes de aproximadamente 1.200 profesores y de unos 15 mil estudiantes, así como las actividades administrativas de empleados y  personal de mantenimiento del Decanato y de sus cuatro Escuelas, incluyendo la UDO-Guayana, lo que significó una considerable pérdida de tiempo en las actividades laborales y por consiguiente, un atraso en el avance del actual semestre y tal vez del intensivo.  

En este sentido, sin que las autoridades del Núcleo se hubiesen mostrado indiferentes o manifestado un silencio cómplice, como algunos mal intencionadamente quisieron hacer ver ante la Comunidad Universitaria, ante el Consejo Legislativo Regional y la Opinión Pública en general, fue precisamente la Coordinadora Académica, Dra. María Milagros Silva, quien al recibir las denuncias de un estudiante y luego las de un profesor, sobre la  posibilidad cierta de la existencia de la venta de notas, exige una revisión de la data y una explicación a los funcionarios, acerca de la seguridad del sistema y algunas anormalidades encontradas, hechos éstos que quedaron registrados por escrito, con el levantamiento de un “Acta Ad-hoc”.  

Dada la gravedad de los hechos denunciados y posterior a una reunión de la Coordinadora Académica con todos los Directores de Escuelas, la Decana María Coromoto Casado, convoca a una reunión del Consejo de Núcleo, con la finalidad de proceder al nombramiento de una comisión, a efectos de determinar con la rigurosidad del caso, el origen y los posibles vínculos o responsabilidades individual o colectiva, que pudiese existir en la presunta venta de notas y cuyos resultados deberían traducirse en un informe para ser elevado, tanto al Consejo Universitario de la Universidad de Oriente, como a las instancias del Ministerio Público.

Por estas razones, de comprobarse la veracidad de las denuncias, así como los responsables de tales hechos, reprochables y condenables desde todo punto de vista, las autoridades están en el deber ineludible, de aplicar las sanciones correspondientes, asistidas por los reglamentos de la UDO y la Ley de Universidades vigente, las cuales norman la ética y el buen comportamiento de los miembros de la comunidad universitaria. Y son precisamente esos mismos reglamentos, los que proveen las herramientas para el control de la gestión universitaria, por parte de los niveles jerárquicos de co-gobierno universitario (Consejos de Escuela, de Núcleo y Universitario), para ventilar situaciones y problemas de naturaleza académica y administrativa. Por eso no se puede aceptar como válido, el desconocimiento deliberado, que un grupo de estudiantes y hasta de profesores bien definidos políticamente, quisieron darle al problema, cuando acuden a otras instancias fuera del ámbito universitario, instancias éstas, que adolecen del conocimiento y la experticia para tratar los asuntos de estricta competencia de la Universidad.

Es por eso, que sin quitarle valor a las denuncias, como universitarios con verdadero sentido institucionalista, debemos “jugarle limpio a la Universidad de Oriente”, lo cual en términos reglamentarios y académicos significa, a nivel docente, no propiciar ni convalidar ningún acto irregular que ponga en entredicho la honorabilidad y el decoro de la función académica. A nivel de la representación de gobierno estudiantil,  significa también como derecho, defender las reivindicaciones estudiantiles y como deber, promover el conocimiento de los reglamentos y normas que regulan la dinámica estudiantil, pero fundamentalmente, orientar y estimular la búsqueda de la excelencia académica y el buen comportamiento de sus agremiados. No menos importante, debe ser el rol de las autoridades y representante de los gremios (Apudo, Aseudo, Aspudo y Soudo), en cuanto a que son ellos, los responsables de direccionar la gestión académico-administrativa de la institución y velar por el cumplimiento de las obligaciones y el buen comportamiento, de los que hoy hemos hecho de la Universidad de Oriente, nuestra segunda casa  y “Nuestro Proyecto de Vida”.

Finalmente, el derecho al trabajo, el derecho al estudio, el respeto a los reglamentos, la búsqueda  de la excelencia, la  preservación del buen nombre de la Institución y la defensa de la Autonomía Universitaria,...son en esencia el “deber ser” del quehacer universitario, por ello, todos tenemos la obligación como Udistas, de “jugarle limpio”.

Pro. Orlando R. Pereira Bustillo

Ex Representante Profesoral ante el Consejo Universitario-UDO 

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