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En anteriores artículos, me he referido de manera persistente, a algunos aspectos relacionados con aquellos problemas que en materia ambiental, ha venido padeciendo Cartagena a este lado del Centro Amurallado y que afectan de manera directa, no solo la calidad de vida de los habitantes de determinados sectores y usuarios del transporte público, sino que también, crean un impacto visual negativo de una ciudad que ocupa un lugar privilegiado en el concierto del turismo nacional e internacional.
En este orden de ideas, uno de esos artículos lo identifiqué como “Mercado de Bazurto”…un Container de Problemas y Desidia en la Gestión Municipal”, título este, con en el que quise plasmar lo que para la mayoría de los cartageneros, se ha traducido en una especie de calamidad pública. Pero con el correr de los años, contrario a lo allí expuesto y al clamor de la ciudadanía a favor de la reubicación de este anarquizado dispensario de alimentos, contrario también al compromiso adquirido por las sucesivas administraciones del Distrito y muy a pesar de los reclamos de los residentes del lugar y de las tutelas introducidas en los estrados judiciales con competencia en el ramo (Juzgado 12), la permanencia en el mismo lugar de esta vetusta y deteriorada estructura, son un ejemplo de las engañosas ofertas políticas y falsas promesas de muchos aspirantes a la alcaldía distrital, quienes han hecho de este esperpento comercial, su “pañito de lágrimas” y un “gancho casa votos” para poder llegar.
Por
eso, como persona con formación y conocimiento en el área ambiental, no dejan
de preocuparme las declaraciones del actual alcalde encargado, en el sentido de
que la reubicación del Mercado de Bazurto tomará algunos años, debido a que aún no se ha escogido ni el lugar
y por consiguiente no se ha previsto la
construcción de una nueva Central de Abastos, acorde con el crecimiento de la
ciudad. Esa opinión denota la falta de planificación y visión estratégica del
ente municipal respecto al requerimiento de nuevas obras de infraestructura
necesarias para el futuro desarrollo de la ciudad, asunto que viene a agravar la ya caótica situación, en
los aspectos relacionados con la contaminación ambiental, la movilidad vial, la
ocupación del espacio público sin control alguno y por consiguiente, todo lo
que tiene que ver con aquellas actividades socio-económicas del sector.
Aprovechemos
entonces, la proximidad de la elección para la escogencia de un nuevo alcalde, en remplazo del fallecido
Campo Elías Terán Dix (Q.E.P.D.), para invitar a todos los aspirantes a ejercer ese
cargo, a que se suban en el “autobús del progreso” y disfruten de las delicias,
a las que no tiene acceso el ciudadano común en las horas pico, cuando por
necesidad laboral, tiene que subirse a uno de los tantos destartalados
autobuses del transporte público e inhalar una buena dosis de monóxido de
carbono, soportar un calor de 38°C de temperatura, daño auditivo por ruidos
molestos de 70 o más decibeles y exponerse a los atracos de los infaltables
rateros de ocasión. Este viacrucis tienen que calárselo diariamente por más de dos
(2) horas, durante el recorrido desde el Puente Heredia (a la
salida del Barrio Getsemaní), bajando por la Calle Real del Pie de la Popa hasta
empalmar con la Avenida Pedro de Heredia, con las obligatorias y tortuosas paradas
en el Mercado de Bazurto y las grandes trancas de automotores (buses, camiones,
tracto mulas, moto taxistas, carretas de tracción animal y pare usted de
contar), en el perímetro comprendido entre la Bomba del Amparo y el semáforo
SAO.
Como
“lo que está a la vista …no necesita
anteojos”, al final del recorrido en cualquiera de los dos sentidos, los
pretendientes a ocupar tan importante y exigente cargo, llegarán a la
conclusión de que el futuro desarrollo de Cartagena de Indias también pasa por
la erradicación y reubicación definitiva del insalubre y mal llamado Mercado de
Bazurto, por la construcción de una Central de Abastos acorde con el
crecimiento de la ciudad y la construcción de un distribuidor con sus
respectivos elevados a nivel del perímetro comprendido entre la Bomba del
Amparo y el SAO. Con ello se solucionaría el grave problema de movilidad que actualmente confronta ese neurálgico
sector, lo que estimularía el desarrollo y crecimiento urbanístico hacia las zonas
periféricas (POT) y en consecuencia disminuiría la gran carga de habitabilidad
de las zonas costeras como Boca Grande, Castillo Grande; Manga, Cabrero, Crespo,
zonas éstas, de alto riesgo de inundaciones, lográndose también disminuir, la
pérdida diaria de Horas-Hombre, que estos congestionamientos vehiculares le causan
a la actividad laboral.
Para
finalizar, sin subestimar la capacidad y ejercicio profesional, así como las
supuestas experiencias en el sector público y privado de los aspirantes:
Dionisio Vélez Trujillo, María del Socorro Bustamante, Miguel Navas Meisel,
Wilson Borjas, Mercedes Maturana y otros que no se han inscrito aún, debo
señalar con objetividad e imparcialidad, que la compleja administración del
Distrito Cartagena, exige no un mesías prometedor de “villas y castillos” ,
sino un verdadero gerente con menos retórica, pero que conozca y tenga sentido
de pertenencia por su ciudad.
Prof.
Orlando R. Pereira Bustillo
E-mail:
orlandopereira27@hotmail.com
Twitter: @OrlandoPereiraB
Twitter: @OrlandoPereiraB
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