GESTIÓN: GOBIERNO-COMUNIDAD


Transcaribe: Fotografía del Universal



Por lo general cuando expresamos una opinión, ésta puede resultar divergente a lo que otros suponen debe satisfacer el interés ajeno en lo individual y ciudadano, de ahí que más allá de interpretarse como un simple desacuerdo, dicha opinión puede traducirse en un hecho de tertulia, discordia y hasta enemistad interpersonal.  






Por eso al tratar de conciliar  alguna opinión, en el mejor de los casos pudiéramos lograr cierta satisfacción  en lo personal, pero en otras por el contrario, puede constituirse en una misión riesgosa para quien lo intente, al punto de hacerte acreedor de cualquier señalamiento negativo en lo personal, en lo  profesional, en lo familiar y hasta en lo moral. Ejemplo de ello, fue la andanada de improperios ofensivos que recibí de un parroquiano cartagenero a través de una red social, por el simple hecho de hacer pública por dicha red, mi interpretación acerca del pronunciamiento del ciudadano alcalde de esa localidad, sobre  los logros y aciertos de su gestión.  

Sin pretender convertirme en ¨defensor de oficio¨ y mucho menos, tratar de convencer a alguien acerca de los aciertos y/o desaciertos que  pudiesen haberse logrado en la gestión del actual Alcalde de Cartagena, Dionisio Vélez Trujillo, pero dándole el beneficio de la duda a mi ¨detractor gratuito¨ y tal vez a otros tantos cartageneros desilusionados (entre los que me incluyo), debo reconocer y aceptar, salvo contadas excepciones, que gracias a la ineptitud, falta de experiencia y compromiso, así como de visión y voluntad administrativa y política de gestiones anteriores (Alcaldes), muchos han sido los años de desidia, de abandono municipal, de promesas incumplidas y acumulación de frustraciones a los que ha sido sometido el hoy Distrito Turístico de Cartagena, lo cual ha incidido de manera negativa en lo que ha debido ser, un desarrollo sostenible de la ciudad tanto en lo social como en lo económico.

Como lo he planteado en alguno de mis artículos, Cartagena no solo es el perímetro amurallado, como tampoco la exclusiva zona de Boca Grande y otros lugares de interés turístico. También lo son aquellos asentamientos urbanos de alta densidad poblacional de la periferia, que requieren de inversión en infraestructura para poderse consolidar y garantizar mejores niveles y calidad de vida de sus moradores. Precisamente por eso, no sería objetivo, si en mi apreciación omito algunas decisiones y gestiones que ha venido tomando el alcalde, para lograr mejorar la problemática de movilidad y espacio público, con los avances y culminación del tramo T-5 de Transcaribe a nivel del sector del Mercado de Bazurto, así como el descongestionamiento y saneamiento ambiental del referido Mercado y sus zonas aledañas, amén de la ejecución de otros proyectos de importancia.

Independientemente de los muchos o pocos logros de la administración actual y de la disposición del alcalde Dionisio Vélez Trujillo para avanzar en el desarrollo sostenible de Cartagena, es necesario visibilizar y empoderar a los vecinos de cada sector, dándole participación a los líderes comunales y profesionales que cohabitan en dichos sectores, para que aporten ideas para la solución de problemas sociales y den su opinión acerca de las obras o proyectos que revisten mayor interés y trascendencia para dicha comunidad.  Así también, brindándoles a los propios vecinos, la oportunidad de trabajo a través de la ejecución de las obras.  Con esta forma de gestión: gobierno-comunidad, se estaría allanando el camino, para dar respuestas concretas al interés comunitario municipal;  también  se estaría logrando persuadir a sus habitantes, sobre la corresponsabilidad que debe existir en la socialización y toma de conciencia para la conservación y mantenimiento de las inversiones ejecutadas.  

Y es que una de las mayores críticas que concita la administración municipal, obedece más a su poca capacidad de apertura para la consulta y la participación del ciudadano. De allí que en el marco de la pasada Conferencia de las Naciones Unidas Rio + 20 y su Agenda 21, se enfatiza y se da importancia a la participación ciudadana, por ser ellos los que sienten y conocen sus necesidades.  Pero la crítica como expresión, pierde su esencia, su valor y razón de ser, cuando en ella subyace la maldad y el interés personal sobre el bienestar colectivo y lo que es peor aún, se hace prevalido de una identidad y posición política circunstancial. Como lo señalaba en uno de mis escritos.... ¨Criticar no significa en modo alguno, caer en el despropósito de hacer juicios de valor que generen susceptibilidad y ofendan la dignidad de persona alguna….la credibilidad política de los ciudadanos acerca de un candidato o gobernante, es un acto de fe y de esperanza….más que una promesa vacía, la respuesta a este acto de fe debe traducirse en un compromiso recíproco de servicio y entrega, basado en el cumplimiento de las ofertas programáticas y de la palabra empeñada para resolver los grandes y graves problemas que afectan a la sociedad y que dan lugar a los antagonismos e injusticias sociales…..por eso, subestimar la capacidad de análisis y los sentimientos de los electores y hacer de las campañas políticas, un escenario para la demagogia, el insulto, la descalificación y el ventajismo como herramienta política, va en contra de la esencia de los principios democráticos y de la razón de ser de la libertad de expresión¨. (Fin de la cita).  El sentido honesto de la crítica exige aportar ideas y recomendaciones para la solución de problemas…yo las he hecho para Cartagena a través de mi Blog: www.ecologíamedioambienteyalgomas.blogspot.com y espero no ser un desilusionado más.

¨Pensar es difícil, es por eso que la mayoría de la gente prefiere juzgar´  C.J. Jung

Prof. Orlando R. Pereira Bustillo
@OrlandoPereiraB

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