SI YO…FUERA ALCALDE

Alcalde Dionisio Vélez supervisando la calle del Arsenal (Foto D.R.A.)



Debo aclarar que no es, ni nunca ha sido mi interés, aspirar a tan importante cargo y exigente compromiso municipal. La expresión “Si yo…fuera alcalde”, que acuño como título del presente artículo, obedece a una especie de “sorna y al desdén”, con que la gente del barrio, acostumbra a describir, evaluar y juzgar la ausencia o la mala calidad de cualquier obra de la gestión pública y la presunción cierta, de haberla hecho mejor, de ser él, el supuesto alcalde del municipio. 





Partiendo de la supuesta responsabilidad, como vecino del barrio “Los Abandonados” y por carecer de los más elementales servicios públicos, “Si yo…fuera alcalde”….haría en este o aquel lugar, una casa para la cultura, o la “casa de mitigación y solución de conflictos entre vecinos”, o una cancha de futbol, o un campo de beisbol, o construiría un colegio, o tal vez un puesto de salud, o quizás un puesto de policía, o cualquiera otra obra, de esta o aquella forma, para el beneficio de mi comunidad. 

Con aquella suposición e imaginarias obras, lo que se pretende advertir, es que la gestión municipal de un alcalde, no puede constituirse en un ejercicio de espaldas a las promesas hechas y a las necesidades e intereses de la gente, ni tampoco en una acción en dirección contraria a la solución de los problemas perentorios que demandan las comunidades de la ciudad y del municipio como ente territorial primario de la nación. Al final de cada período, es pública y notoria la carencia de obras y servicios en las zonas de la  periferia municipal, a pesar de ser ellas, las que demandan mayor atención en inversión social. Y es que muchos Alcaldes en ejercicio, reinciden en los mismos errores de sus antecesores y se convierten en verdaderos cosmetólogos, cuando de manera injustificada, hacen inversiones en obras, donde lo más trascendental no es su utilidad y el beneficio colectivo, sino el impacto visual que esta pueda crear al ciudadano común y al visitante, ya que ello representa buenos dividendos para la  percepción de su imagen personal y política. 

Es por eso, que querer y ser alcalde de una importante ciudad como Cartagena de Indias, no puede ser un “saludo a la bandera” o un simple ejercicio caprichoso o especulativo, basado en apoyos y componendas políticas. Más que un “súper dotado intelectual”, debe ser alguien con una alta dosis de probidad, con vocación de servicio, con gran sentido de responsabilidad y pertenencia, con pleno conocimiento de la idiosincrasia de su pueblo y más que eso, con la suficiente sapiencia de la administración, manejo y salvaguarda de los dineros y bienes públicos, con apego a las competencias que constitucionalmente definen su perfil en la gerencia pública municipal.

Además, un Alcalde debe tener capacidad para planificar, innovar y proponer nuevos y eficaces esquemas político-sociales, para lograr una mejor y sana convivencia comunitaria vecinal, con base en principios y valores que  fortalezcan el vínculo familiar, a fin de evitar o al menos minimizar, la dispersión y la marginalidad social que hoy sirve como caldo de cultivo para el surgimiento e incremento de la delincuencia y que se traduce en un estímulo para la asociación y surgimiento de pandillas y otras calamidades sociales.

En Cartagena muchos son los problemas por solucionar, sin embargo debemos reconocer, que con la actual administración del alcalde Dionisio F. Vélez T., de la mano del Gobernador Juan C. Gossaín, se le puso fin a la inercia heredada y se han dado grandes avances y mejoras en la ciudad. Por eso, cuando estamos próximos a elegir nuevos alcaldes en el mes de Octubre, debemos deslastrarnos de la manipulación político clientelar y de toda práctica deshonesta, que pudiera avizorarse en el plano electoral y escojamos de manera consciente a quien represente una mayor garantía  de éxitos en pro del bienestar de Cartagena y de todos los ciudadanos que habitan en esta bella ciudad, llena de encantos y comprometida con nuevos retos… 

Como dirían los profesionales del Derecho, por un “principio analógico”, también elijamos un buen Gobernador y buenos Concejales…. ¡no es tiempo de improvisación!

Lic. Orlando R Pereira Bustillo
Twitter: @OrlandoPereiraB    

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