Fotografía D.R.A. |
Si nos detuviéramos en el análisis y evaluación, de cuáles son los más importantes servicios públicos, cuya atención y responsabilidad son competencia del Estado a nivel Nacional, Departamental y Municipal, indubitablemente llegaríamos a la conclusión de que ellos son: Salud (Protección Social), Educación y Seguridad Ciudadana.
Esta apreciación también coincidiría con la percepción generalizada del resto de la ciudadanía, en cuanto al estado de calamidad pública, por no decir de crisis, que en muchos casos presentan estas necesidades sociales, tanto en el aspecto de diseño de políticas de funcionamiento, como de dotación de infraestructura física y de atención social. Esto hace suponer, por una parte, la existencia de un recurrente déficit financiero, la inexistencia de una gestión administrativa oportuna de control y supervisión, la falta de visión y jerarquización de necesidades y por supuesto, el desequilibrio presupuestario existente en cada una de las entidades territoriales que sirven de asiento a las instituciones prestadoras de dichos servicios.
En lo que concierne al interés de
este artículo, diremos que la educación, cualquiera sea su concepción, formal (de
aula) en todos sus niveles, o no formal (aprendizaje y adiestramiento informal), son el motor dinamizador
de la economía, del progreso y desarrollo de un país como un todo y es también
la herramienta que garantiza la libre iniciativa y/o el libre emprendimiento,
además de hacer posible el cambio de conducta en los individuos, así como la transformación
cultural, profesional y técnica de los ciudadanos y la buena convivencia de
éstos en sociedad.
Pero la realidad actual de la
educación pública por lo general, tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo,
nos muestra una situación distinta al “deber ser”. Esto, sumado a la falta de
políticas orientadas a optimizar el estatus del docente con estudios de cuarto
nivel y su actualización permanente centrada en las nuevas tecnologías de la
información por una parte, así como también, la falta de estímulos educativos a
los educandos para hacer más agradable la permanencia y su continuidad exitosa en
el sistema educativo, conlleva a una crisis del sector que cada día empeora en
detrimento de la calidad educativa y de un aprendizaje verdaderamente
significativo y pertinente.
Resultado de esa ausencia del
“deber ser” son, el poco interés y compromiso de algunos docentes por el cumplimiento
de sus obligaciones con la institución, reflejadas por el ausentismo laboral,
la mala calidad de la docencia, bajos índices en el rendimiento e incremento de
la deserción estudiantil, con lo cual se van creando situaciones y condiciones desfavorables
que obstaculizan la movilidad social que subyace en el hecho educativo. Hoy como
ingenuos observadores, mostramos nuestra sorpresa, cuando encontramos a un gran
número de niños y jóvenes en edad escolarizada fuera del sistema educativo,
cultivando una ociosidad proclive a la delincuencia, a veces sin la posibilidad
y oportunidad de reinserción escolar y laboral.
Y es precisamente éste, el
escenario que debe preocupar y al que
deben abocarse tanto el estado como ente promotor de bienestar social, como las
demás entidades que forman el tejido social y laboral (Universidades, Institutos
de Formación Técnica, Industria, Comercio y organismos de Prevención del
Delito, entre otros), así como las ONG y Asociaciones Deportivas, de Arte y
Cultura, cuya convergencia de esfuerzos y propósitos sean promotores y garantes
de la continuidad formativa formal o al menos en cualquiera otra actividad
técnica informal, que le sirva para su futuro desempeño e independencia
económica.
A nivel local, las alcaldías
municipales y sus gerentes, no pueden colocarse de espaldas a esta realidad y a
las implicaciones que para el desarrollo armónico de sus municipios y
comunidades, tiene la falta de adiestramiento
y apoyo en lo técnico, en lo deportivo y en lo cultural. Más bien, son ellas las que por cumplimiento de
funciones deben estimular y bridarle al ciudadano la oportunidad de desarrollar
sus capacidades y potencialidades para el desempeño laboral, así como proveerle
información para su comportamiento cívico-social. Estas son parte de las “ideas
para avanzar” que ha desarrollado Medellín
Ejemplos sobran, uno de ellos en el
plano educativo-cultural es el de “Ktedra Cartagena” (Toures Críticos) el cual realiza “actividades abiertas y gratuitas,
estableciendo o construyendo así una
relación entre la academia, el contenido de ciertos discursos de personeros de
la ciudad y el ciudadano común”
Prof. Orlando R. Pereira Bustillo
Twitter: @OrlandoPereiraB
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