La
docencia como instrumento de enseñanza, no solo requiere de estrategias
didácticas y otros recursos de aprendizaje lo suficientemente adecuadas para el
desarrollo de los contenidos. Más que eso, esta responsabilidad, exige una
visión clara por parte del docente del proceso educativo, por su condición de
facilitador u orientador de aprendizaje. Por ello, tal vez buena parte de los
fracasos observables en educación como sistema (amén de las posibles
deficiencias imputables a los estudiantes), obedecen a interpretaciones añejas
y ortodoxas de la función evaluativa, al centrarse más en los RESULTADOS que en
los PROCEDIMIENTOS.
Utilizo
esta fundamentación pedagógica, para tratar de entender de manera asociativa, y
también en parte para, justificar a los hermanos colombianos que hoy muestran
sus desacuerdos con el SI, y sus preferencias por el NO, como su opción
plebiscitaria y que injustamente ha servido para ser señalados de enemigos de
la paz, de fascistas y cualquier otro epíteto estigmatizador.
En
este sentido, cualesquiera sean los argumentos que les asistan para no creer en
las palabras y promesas de un grupo como la Farc-EP, (quienes han hecho tanto
daño durante muchos años a personas inocentes y al pueblo colombiano en general
, al igual que lo hicieron los paramilitares), la pretendida estrategia del
gobierno, de querer vender la PAZ como un comprimido, mostrando solo los
RESULTADOS, sin haber dado a conocer al pueblo colombiano los puntos tratados,
sus alcances y los PROCEDIMIENTOS en la medida en que se fueron desarrollando
los diálogos y acuerdos, han servido como argumentos de peso para plegarse al
disentimiento por el NO.
Que
muchos colombianos no estén de acuerdo o no comulguen con la idea de la
asignación de espacios territoriales, como "zonas de aliviadero", o
entregas de "parcelas" del territorio nacional a manera de
"zonas autónomas restringidas", no los hace merecedores del desprecio
público, ni va en contra de la libre expresión y del sentido de un sistema
democrático, como tampoco lo es otro, cualquiera que sea el argumento.
En mi
opinión particular, creo que si la tan cacareada PAZ, está cimentada en
verdaderos principios de justicia y sinceros propósitos de enmienda, lo menos
que podemos aceptar es precisamente, además de la injusticia y el irrespeto a
los derechos de aquellos que ofrendaron sus vidas a cambio de la defensa del
Estado, el desconocimiento de procedimientos
metodológicos de conversaciones claros y acuerdos que sobre la marcha se
fueron dando. Hoy también nos preocupa la situación de muchos municipios y
ciudades en donde la delincuencia y violencia se ha enseñoreado con la vida de
muchos inocentes, sin que el estado como un todo, tenga la oferta de un plan
que garantice y de respuesta a la vorágine de la muerte que cada día se hace
más evidente y nos hace más incrédulos de los gobernantes...por aquí debe
empezar la tan deseada Paz.
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