Fotografía D.R.A. |
No es un artículo, no es una carta, no es un mensaje, pero si es una emotiva invitación a nuestros entrañables familiares y amigos arjoneros dispersos por todo el territorio nacional colombiano y por todo el mundo para que, asistidos en voluntad y propósito, propiciemos y hagamos posible de ahora en adelante y a través del uso de estas redes sociales, unos “encuentros genealógicos virtuales”. Con este tipo de acercamiento, se pretende lograr estrechar aquellos lazos filiales de familia, de fraternidad y de amistad, que el tiempo y la distancia han venido subordinando al olvido, en detrimento de nuestros sentimientos de afecto, de amor y espiritualidad.
Esta invitación, es tal vez un “mea culpa” y la forma de poder resarcir esa ausencia prolongada, lejos del terruño que nos vio nacer y a veces sin fecha de retorno programado. Es la deuda sentimental que muchos de los que emigramos en la búsqueda de mejores horizontes y oportunidades, podemos ofrendar en honor de aquellos seres queridos y amigos que extrañamos día a día en un silencio cómplice, algunos de ellos todavía como referencias vivas y de otros que posiblemente ya no estén físicamente entre nosotros. No se trata de hacer pública alguna información o datos, que solo sean del interés y privacidad personal, ni de expresiones mal intencionadas, ni de chismes o burlas u ofensas. El objetivo es rescatar y mantener activa una relación entre personas con las que hemos tenido vínculos familiares y una amistad sustentada en el recuerdo y en el compartir de lugares y vivencias que se supone, han hecho parte del patrimonio urbano y de ese entorno de bellos recuerdos que oxigenaron gratamente nuestras mentes y corazones.
Para muchos,
esta invitación puede traducirse en una utopía o en algo imposible de lograr. Creo
que la necesidad y los deseos de reencontrarnos como hijos de Arjona por una
parte, así como el poder compartir recuerdos y vivencias que hagan posible alimentar aquellos afectos del
pasado, están por encima de cualquier consideración y harán posible este reto
de socialización virtual. Esta propuesta
resulta más interesante, si aceptamos como válido, aquello de que cada uno de
nosotros, es un “testigo de excepción”, en cuanto al conocimiento de algún
pasaje o de un hecho vivido de interés documental. En la actualidad, esta idea cobra más
importancia, ya que la Fundación Centro De Investigación y Documentación
Histórica de Arjona (FUNCIDHAR), ha sido creada precisamente, para la
investigación, recopilación y archivo de todo el acervo y patrimonio cultural e
histórico de Arjona.
Que mejor que
esta época de adviento, para que cada uno de nosotros podamos acercar el tiempo
y acortar distancias, para recordar y honrar la memoria de los que fueron la
génesis de nuestra existencia y nos dieron ejemplo de vida y de aquellas amistades
que enriquecieron nuestro entorno y ámbito social. En mi caso, una breve
semblanza generacional registra como ascendientes a mis padres Josefina
Bustillo Carballo y Miguel A. Pereira Pereira, hija ella de Mercedes Carballo C.
y Manuel Del Cristo Bustillo Pareja, como abuelos maternos, y a Narcisa Belisa
Pereira Beltrán y Pedro Pereira Carballo, como mis abuelos paternos. Tan
importantes como ellos, también lo son nuestros hermanos, primos y
subsiguientes descendientes, nietos y sobrinos, así como los vecinos y sus
hijos, con quienes cultivamos de manera recíproca una sólida amistad,
alimentada de travesuras propias de la adolescencia
y juventud.
Y es que ingresar
a la red de Facebook y observar tantos nombres y apellidos que me resultan
familiares, no deja de ser la viva remembranza de aquellos momentos de gratas
anécdotas de amigos e imágenes que como “memoria recuerdo” han quedado gravadas para la posteridad. Así, recuerdo los “frescos” del kiosco de
Víctor Guardo, el acueducto itinerante del “doctor ros”, quien en su burro y carga
de barriles con agua fresca de “La Escabra”, mitigaba la escases del
preciado líquido a sus inmancables e
incontables clientes. Qué arjonero que se respete no recuerda también a Rafa
Puerta, cariñosamente llamado “puertote” músico empírico ejecutante del “contrabajo”
y a los mejores intérpretes de serenatas y excelsos guitarristas de Arjona, como
Víctor Pinedo, Miguel Carrasquilla y Pascualito Díaz. Y si se trata de aromas, cómo
no recordar el olor a “melaza” que desde la famosa hacienda de Pita de los
hermanos Baró de origen cubano, se diseminaba en las apacibles noches por todo
el pueblo y que decir, del no menos penetrante olor del “jabón de barras” de la
incipiente y rustica fabrica de jabón del alquimista Farid Juan. Los grandes y variados surtidos de Lino,
Popelina y finas telas Otomanas, de los almacenes de Don Emilio Juan, de la
niña Aminta Núñez de Guardo y de la Sra. Mercedes Orozco. Por las tardes, el
Camellón de la Plaza Principal se transformaba en una forma de pasarela, por
donde desfilaban en sus paseos vespertinos, nuestras elegantes y bellas amigas,
hijas de familias conocidas y apreciadas. Lugar éste que también se convertía en un verdadero
centro de tertulias entre amigos, donde los cuentos se magnificaban y traducían en proezas, sin exclusión de los “chismecillos de
villorrio”. Como penúltima etapa de la noche, una parada fugaz pero obligada,
en la sicodélica carretilla de Helados de Sale, famosos por el eslogan “sin
igual y siempre igual”. Finalmente, con
el sonar de la llamada sirena del Teatro Cecilia, nos dirigíamos raudos y
veloces a la función de la noche y parte de la madrugada, al proyectarse para
los arjoneros noctámbulos, una Serie y dos Películas y de ñapa, sus respectivos
tráiler y cortes inesperados de la cinta.... Esto es una pequeña partecita de las
vivencias de mi pueblo que deseo compartir y... piensen, que recordar es vivir
y estas son las pequeñas cosas que nos estimulan a estrechar lazos de
confraternidad... Hagámoslo porque en un abrir y cerrar de ojos, podemos estar
o dejar de estar...Dios nos bendiga
Prof. Orlando R.
Pereira Bustillo
Twitter: @OrlandoPereiraB
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