FELIZ Y PROSPERO AÑO NUEVO 2017

Imagen D.R.A.



Es a la media noche del 31 de Diciembe, cuando esta expresión cobra valor y se transforma como por arte de magia, en el emblema más importante de alegría, paz y felicidad. 

Es un hipotético punto de partida, convertido en una promesa de rectificación de nuestro comportamiento y como si fuera poco, la fecha para ofrecer un compromiso de buenas acciones a futuro. 






Es el saludo del nuevo año y es común acompañarlo de un efusivo abrazo quiebra costillas, entre familiares y amigos, que ocasionalmente se unen para despedir el "viejo año". Esta frase también es frecuente encontrarla en clásicos musicales y un tanto modificada, haciendo parte del repertorio ideológico socialista y de las viejas especulaciones teórico marxista-lelinista. En estas últimas se habla del "hombre nuevo", del "hombre con un nuevo paradigma", pero este no es el caso que nos incumbe.

En lo que se refiere a los primeros, unos pocos son los que hacen realidad sus ofrecimientos de cambio. La gran mayoría por el contrario, como cualquier político demagogo, incumplen hasta la más simple e insignificante de las promesas y obligaciones. Entre estos encontramos una rica y variada representatividad, desde los compulsivos e irreductibles fumadores, hasta los que hacen honor a la condición de "hijo pródigo" y otros para quienes los "viejos padres", no dejan de ser unos estorbos, o simples especies en vías de extinción, abandonados y olvidados a la buena de Dios, en el mejor de los casos en un asilo o en un geriátrico de caridad pública.

Por eso, el nuevo año como gracia de Dios y oportunidad de vida, no es solo ese encuentro ocasional y fugaz entre seres que nos debemos amor y afecto, no debe ser un acto de indiferencia hacia el prójimo y de insultos y de irresponsabilidad hacia la familia, ni un decir o hablar de la boca hacia afuera, mucho menos una competencia de "Fórmula Uno", para salir raudos y veloces y hacer en el menor tiempo posible, la carrera de afectos que no hiciste durante todo el año y tal vez por largo tiempo. No se trata pues, de llegar primero, sino de saber llegar en el momento oportuno.

Debemos recordar entonces, que la época de Adviento o preparación para la celebración de la Navidad hasta la Epifanía (llegada el 6 de enero de los reyes magos), y la festividad del Año Nuevo, son el trípode y el momento estelar para enaltecer nuestro comportamiento, son las fechas propicias para la rectificación, para acercarnos y valorarnos como personas, pero también para vivir y agradecer a Dios su bondad e infinita misericordia, son los momentos para el reencuentro y el diálogo sincero y para practicar la solidaridad como enseñanza cristiana. De nada vale entonces, darnos golpes de pecho, brindar y abrazarnos en un saludo efusivo de un día, si en el futuro transcurrir de la vida no hay una correspondencia entre lo que presumimos ser y la forma de actuar, contraria a los verdaderos y nobles sentimientos que nos deben caracterizar. 

Desde esta tribuna de opinión, reciban mis sinceros deseos porque en el Nuevo Año 2017, logren cumplir sus promesas y también concretar todos sus sueños y anhelos, con la bendición de Dios y la ayuda de los seres queridos que hoy gozan de la compañía y Gloria de Cristo....Los quiero mucho y gracias por leerme... 

Prof. Orlando Pereira Bustillo
Twitter: @orlandoPereriraB

Comentarios